El pasado 8 de enero, luego del parón concedido por las festividades de navidad y año nuevo, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) anunció el calendario del próximo campeonato del mundo, primero de estos eventos que tendrá sede compartida entre Italia y Bulgaria. Ese día también, los fanáticos de Cuba conocieron el orden de los rivales a vencer o, por lo menos, tratar de vencer, para quedar entre los 4 primeros de la llave.

La mayor de las Antillas deberá llegar con buen ritmo competitivo a la cita del orbe, ya que desde el día 3 de junio estarán enfrascados en el proceso de selección nacional que los llevará desde Pinar del Rio hasta Varna, pasando por Puerto Rico para una posible Copa Panamericana si el visado lo permite, y luego Colombia para los Juegos Centroamericanos.

Por cierto, no ganamos la corona de los Centroamericanos, en el masculino o femenino, desde los Juegos de Maracaibo 1998 y por lo menos eso no parece que cambie en Barranquilla para las mujeres, aunque en el sector masculino la historia puede ser otra.

Centrándonos en el análisis del Mundial, un asunto complicado dada la calidad del voleibol actual en nuestro país, podemos decir que Cuba no cayó en un grupo fácil, pero que los había mucho peores. Sería una estupidez pensar que cualquier otra llave hubiese sido mejor, ya que la Federación Internacional escogió a los cabezas de serie por sus puestos en el ranking, y luego completó los grupos con las naciones que secundaban a estos países y por orden de clasificación. Así que, fuese como fuese, el picheo iba a estar duro, bajito y pegado. Sin más preámbulos, veamos entonces el recorrido que le depara el Campeonato Mundial a la jovencísima escuadra cubana.

Los nuestros comienzan el día 12 de septiembre contra Polonia, actual defensor del trono mundial, pero que no llegará en las mejores condiciones, sin el ex capitán cubano Wilfredo León y con entrenador nuevo que, según fuentes, será Vital Heynen: ex entrenador de Alemania, actual seleccionador de Bélgica y del club alemán VfB Friedrichshafen, y medallista de bronce en el pasado Mundial con los teutones —quienes, curiosamente, no lograron la clasificación para esta cita.

Precisamente ante Polonia cedió Cuba en la final del Mundial Sub 21 de Voleibol en 2017. FOTO: FIVB.

Polonia es un rival de elite, frente al que Cuba poco podrá hacer, solo aprender. En la práctica Polonia nos supera en todos los escalones de juego y más sabiendo como los trabajará Heynen, todo un perfeccionista en el sentido de la palabra, antes de llegar a la competencia. Ciertamente, Polonia no es la misma de hace 4 años, pero aún conserva parte de ese equipo con nuevas incorporaciones como el central de 217 Bartłomiej Lemański (22 años de edad) y los experimentados Bartoz Kurek (30), muy conocido de la afición de casa, y Michal Kubiak (30).  Aunque hoy mismo los polacos no son favoritos para ganar la competición, sí son, para mí, el rival más duro del grupo.

Tras el duelo con Polonia, los cubanos tendrán un día de descanso antes de enfrentarse el 14 de septiembre a Finlandia, país que nos trae malos recuerdos por los acontecimientos de hace dos años, de los que todavía nos estamos lamiendo las heridas.

En el duelo particular, Cuba y Finlandia se han encontrado dos veces desde el Mundial pasado, con victorias a la cuenta de los europeos: primero en el Mundial de Polonia 2014 en cinco sets, y luego en la fatídica Liga Mundial de 2016, cuando los nuestros cayeron 1-3. En ambas ocasiones los criollos llevaron equipos diferentes y esta vez, como dicta la norma, no será la excepción. Ahora, contra los finlandeses, Cuba presentará un equipo donde la mitad de la platilla no tiene experiencia y apenas contarán con los 10 o 15 partidos antes del Mundial para llegar en forma, algo que, me temo, que no será suficiente.

En cualquier caso, para Cuba la clasificación pasa por ganarle a Finlandia, como sea. Para ello deberían aprovechar que no es un equipo muy alto en comparación con Polonia, pero juega muy bien a la defensa liderado por el veterano de 33 años Anti Siltala y el líbero Lauri Kerminen, uno de los nuevos talentos a nivel mundial en la posición y titular del club ruso Kuzbass Kemerovo.

El tercer partido será contra un viejo conocido: Irán. Este equipo es una de las potencias crecientes del voleibol en los últimos años. Sextos en el Mundial pasado y quintos en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, desde hace años Irán viene haciendo un trabajo increíble y ya están afincados en la elite mundial de este deporte, aunque sin conseguir un salto de calidad que los lleve a las preseas.

Cuba tendrá que jugar con sus posibilidades reales: apostarlo todo al cuarto boleto del grupo para avanzar a la siguiente ronda. FOTO: FIVB.

Hoy los iraníes ganan y pierden con equipos como Polonia, Rusia, Italia o Estados Unidos, pero aún siguen buscando el camino hacia las medallas. Ubicados en el lugar ocho del ranking mundial, presentan al montenegrino Igor Kolakovic (ex Serbia) como timonel y basan su juego en táctica y defensa, muy parecido al europeo de forma general.

Sin un físico portentoso como Rusia, Cuba, Brasil o Estados Unidos, los persas vienen liderados por su magnífico armador Saeid Marrouf (32 años), para muchos uno de los cinco mejores pasadores a nivel mundial. Además, cuentan con el central Mohammad Mousavi (30 años), quien no es muy alto para la posición —solo 203 cm— cuando lo normal es mas de 205, pero que tiene buen sentido y lectura del bloqueo, siendo elegido en reiteradas ocasiones como uno de los mejores en su posición. Viendo el panorama, solo puedo pensar… ¡ay Simón, cuanta falta nos haces!

Luego tendremos, net mediante, a Bulgaria, un elenco al cual Cuba ha derrotado antes en partidos decisivos. Sin embargo, en este mundial la cosa será diferente.

Los balcánicos vienen con Plamen Konstantinoven la cabina de mando, quien tiene la difícil tarea de conducir a esta nueva generación de jugadores sin contar con un líder nato como lo fue Matey Kasisky en la década pasada, y quien dijo adiós a la selección en el 2011 luego de diferencias con la federación de su país. ¿En qué otras circunstancias habré visto reacciones similares antes?

En fin, Bulgaria tiene, como Filandia, una mezcla de nuevas promesas como los hermanos Penchev, Nikolay, Rozalin y Chono, que se desarrollan en las ligas de Polonia, Argentina e Italia, junto a quienes estarán los experimentados pasadores Georgi Bratoev, el auxiliar Todor Aleksieev y el mejor jugador búlgaro en la actualidad: el opuesto de 206 cm, Tsvetan Sokolov, de 29 años de edad y campeón de Italia con el Cucine Lube Civitanova.

A todas luces Bulgaria está por encima de las posibilidades cubanas. Creer otra cosa sería pecar de idiotas y ciegos.

Puerto Rico y Finlandia son los rivales a derrotar para incluirse en la segunda fase del Mundial 2018. FOTO: FIVB.

Para cerrar el calendario clasificatorio, el 17 de septiembre Cuba chocará armas con Puerto Rico, un combinado que —si bien no es un trabuco— ha llevado la mejor parte en estos últimos años por constantes cambios en nuestro seleccionado nacional, liderados por Maurice Torres (201 cm), opuesto del campeón polaco ZAKSA Kędzierzyn-Koźle.

Para nadie es un secreto que Puerto Rico tendrá una estrategia similar a la nuestra para avanzar a la siguiente fase: ganarle a Cuba y posiblemente a Finlandia. Similar estratagema deben seguir los nórdicos. Entre estos tres elencos —todos se saben en desventaja con Polonia, Irán y Bulgaria— está el cuarto puesto de la llave y el último boleto a la siguiente fase.

Cuba ha tenido presencia en 14 ediciones de los Campeonatos Mundiales de Voleibol y en dos oportunidades ha estado cerca de conquistarlos, al quedar en plata en las citas de 1990 y 2010. Actualmente, las constantes bajas hacen de Cuba apenas una sombra de lo que pudo, o puede ser, antes sus rivales, quienes se frotan las manos y responden aliviados al tener una preocupación menos.

Actualmente la Federación Cubana exhibe siete jugadores contratados en ligas extranjeras. Bueno, seis, ya que la pasada semana Dariel Albo —segundo opuesto de la selección— fue remplazado por bajo rendimiento en el club argentino Untref Volley.  Con esas pocas armas el equipo cubano tratar de buscar su camino a Bolonia, sede de la siguiente fase, si es que finalmente conseguimos hacernos del cuarto puesto de nuestro grupo.

Mis pronósticos son reservados. Es cierto que, a priori, los cubanos no son fuertes aspirantes para avanzar en el organigrama del Mundial, pero estos muchachos han demostrado desde el año pasado que hay que contar con ellos. Quizás por eso, y por lo visto en el clasificatorio jugado en Cuba, me atrevo a darles un voto de confianza. Claro está, no por ello dejo de tener los pies en la tierra, así me evito las decepciones.

Imagen cortesía de 2017 FIVB