La silla de un director de equipos siempre está caliente. Sentarse allí es ponerse sobre la cabeza una inmensa diana para que miles, quizás millones de fanáticos, lancen improperios, maldiciones y hasta piedras verbales.

En Cuba, donde todos saben, o creen saber de pelota, no son garantías las estadísticas, la experiencia, o la buena estrategia para conseguir éxito alguno en el beisbol. La pelota es un deporte mucho más mágico y complicado, donde factores psicológicos, grupales y del entorno, influyen muchas veces en los resultados finales de cualquier partido o campeonato.

Para dirigir a un grupo de hombres en el terreno hay que estar dispuesto, en la mayoría de los casos, a cargar con el peso de las derrotas en la espalda y que otros se lleven el mérito de las victorias; hay que saber interpretar y manejar a personalidades diferentes; hay que saber encontrar el camino más rápido a las motivaciones para poder canalizar los triunfos, ser valiente, analítico y arriesgado al extremo.

Sin embargo, el béisbol se alimenta de números. Cuando vemos que casi el 50 por ciento de todos los directores que han pasado por Series nacionales no dirigen más de dos años, estamos demostrando cuan titánica es esta tarea, cuan injusta y enrevesada.

Los números confirman tesis, apagan o avivan pasiones en peñas deportivas y sacan a la luz verdades irrefutables que no pueden ser desmontadas por la subjetividad. El average de un jugador no cambia porque un aficionado lo recuerde de otra manera. He ahí la magia de los números, son la huella más palpable que deja un jugador en su carrera. Pasa igual con los managers.

Entonces, si nos amparamos en las estadísticas, ¿podremos saber quién es el mejor director de equipos en la historia de nuestros campeonatos domésticos?

Tenemos sobre la mesa, un total de 210 directores que han ejercido como tal a lo largo de todos estos años en Series Nacionales y/o Selectivas, pero solo el 22.85 por ciento de ellos han dirigido en cinco o más Series (48), el 9.04 por ciento lo ha hecho en 10 o más campeonatos, y solo cuatro de ellos llegan a las 20 Series Nacionales.

La honrosa lista la componen: Hector Hernández de Holguín (20), el pinareño Jorge Fuentes (22), José M. Pineda (23) y el veterano Granmense Carlos Martí (29).

Como dato curioso podemos decir que 21 directores han dirigido equipos en más de una provincia, siendo Juan ¨Coco¨ Gómez (Habana, Sancti Spíritus, Guantánamo y Camagüey) y José M. Pineda (Habana, Ciego de Ávila, Pinar del Rio y Camagüey), quienes han cambiado más de chamarreta.

Pero el mejor director de todos los tiempos en Cuba no es necesariamente el que más Series trabajadas acumula, mucho menos el que ha pasado por más equipos.

Hablemos de juegos ganados. ¿El mejor de todos es el que más juegos ha ganado en el campeonato regular, o en la post-temporada? ¿Es el de mejor promedio de ganados, o el que más títulos guarda en sus vitrinas?

El granmense Carlos Martí es el manager que más juegos ha ganado en Series Nacionales. También es el que más ha perdido.
El granmense Carlos Martí, con 29 temporadas dirigidas, es el manager que más juegos ha ganado en Series Nacionales. También es el que más ha perdido.

Un total de 80 timoneles han ganado más juegos que los que pierden en Series Nacionales (38 por ciento). Y, en series de play-off, de los 60 directores que han estado al menos una vez, 21 de ellos han salido airosos en ese balance (35 por ciento). Como nota aparte, solo uno ha ganado todos sus partidos de post-temporada: Tony Gonzales (IND), quien salió invicto en tres salidas. Y fueron cuatro aquello que jamás ganaron un duelo en esa instancia: Darío Cid (CA) (0-3), Miguel Albán (CA) (0-6), Armando Calzadilla (SCU) (0-2) y Javier Méndez (IND) (0-4). El 71.4 por ciento de los directores que han pasado por las Series Nacionales, nunca jugaron play off.

Es curioso el caso de Rodolfo Puente (IND), quien solo dirigió en una serie y en ella ganó 38 y perdió 10 (.792) en la fase regular, para luego llevarse el campeonato al ganar en los play off cuatro de seis. Jamás lo vimos de nuevo en esas funciones.

También el caso de Arnaldo Raxach, quien solo ganó con las Tunas el 26.1 por ciento de los juegos que disputó como mentor, para un pobre .261; y, sin embargo, se mantuvo con ellos tres temporadas seguidas.

Pero entonces, ¿Qué dicen los números?

El director que más veces ha saboreado el triunfo en Series Nacionales es Carlos Martí (1010), pero, a su vez, es también el que más ha perdido (929).

El que más juegos tiene ganados en los play off es Jorge Fuentes (68) y el que más ha perdido es Víctor Mesa (73).

El mejor promedio de ganados y perdidos en series nacionales, con más de 5 temporadas dirigidas, lo tiene también Jorge Fuentes con .657 (979-510); Serbio Borges compila para .723 (167-64), pero en solo 3 series.

En los play off, el mejor promedio de ganados, con al menos 20 partidos jugados, es de Antonio Pacheco .671 (42-23), Anglada lo hace para .620 (44-27) y Pedro Jova para .607 (34-22).

Finalmente, los números han hablado. Si nadie gana más juegos en post-temporadas que Jorge Fuentes; si, además, tiene el mejor promedio de ganados y perdidos en la temporada regular y encima de eso, es el que más trofeos de campeón guarda (5), ¿alguien puede tener dudas ahora para escoger al mejor director de béisbol en nuestras Series Nacionales?

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