Ariel Borrero dijo adiós al béisbol activo. Es el único pelotero que pertenece al club de los 2000 hits y los 400 tubeyes. Tiene el récord de hits con 125 y de triples con 10 para un villaclareño en una serie nacional. Por si fuera poco, ostenta liderazgos de por vida en cuanto a hits (213) y carreras impulsadas (113) en postemporadas, y tuvo el inmenso privilegio de coronarse en sus dos últimas campañas como refuerzo de Ciego de Ávila.

PlayOff llegó hasta su morada para conocer interioridades del sencillo inicialista anaranjado que puso fin a una legendaria generación comandada por él, Ariel Pestano y Eduardo Paret.

¿Por qué el Remolcador? ¿Quién te puso el sobrenombre?

<<El sobrenombre me lo puso José Luis Nápoles, antiguo comentarista deportivo de la emisora radial CMHW, pues fue el año en el que empujé 83 carreras. Después el Misi, cargabates del equipo, se encargaba de repetirlo y por todas las provincias los narradores empezaron a decirme el Remolcador; entonces, se me quedó el apodo>>.

Siempre llevaste el 53 en tu espalda. ¿Cómo elegiste ese número?

Ariel Borrero
Ariel Borrero constituye un ícono del beisbol villaclareño. FOTO: Ricardo López Hevia

<<Surgió debido a una discusión que tuve cuando comencé en la preselección del Villa Clara. Me gustaba porque todo el mundo decía que eso era luz eléctrica en la charada, como un relámpago. Pero había otro jugador de Quemado de Güines, Michel Salas, a quien le gustaba también el 53 y yo le dije: “El que haga el equipo se lo lleva”. Hice el equipo y nunca más dejé el número>>.

No pasaste por la pirámide deportiva. ¿Cuán difícil resultó llegar a las series nacionales?

<<Me costó mucho trabajo. Comencé a jugar pelota participativa en la cervecería de Manacas donde trabajaba y un hermano me embulló a participar en las series provinciales con el equipo del municipio Santo Domingo porque me veía condiciones. Ese primer año en la provincial quede líder en cuatro departamentos: hits, jonrones, tubeyes e impulsadas.

>>Fui llamado a la preselección del Villa Clara en 1994. Bateé en los entrenamientos y fui segundo de los bateadores. No caí en el equipo, entonces, le pregunté a mi hermano: “¿Qué tengo que hacer para integrar el equipo?”. Mi hermano habló con Pedro Jova, el director, que no había estado en los entrenamientos. Jova le dijo: “Si él bateó todo eso hay que llevarlo al equipo” y, así, me incluyeron en la nómina. Ese campeonato tuve un solo turno al bate en la Serie Nacional porque pasé todo el año en la Liga de Desarrollo, lo que agradezco mucho porque allí podía jugar diariamente>>.

Ariel Borrero siempre rendía y nunca era tenido en cuenta para la selección nacional. ¿Cómo te sobrepusiste a ese poco reconocimiento de tu trabajo?

<<Hay que tener una gran fuerza de voluntad para seguir adelante. Sabía que algún día ese reconocimiento tendría que llegarme. Me llegó tarde, pero me llegó. Se sufre cuando uno lo hace bien y no lo tienen en cuenta>>.

Tu gran momento fue en el Clásico Mundial de 2006, con 34 años como para silenciar a aquellos que nunca te habían dado una oportunidad.

<<Fue el mejor momento de mi carrera deportiva porque ha sido el evento más difícil que ha enfrentado el béisbol cubano. Compartimos mucho con los jugadores de Grandes Ligas. Son personas normales, todo el mundo piensa que se creen cosas y no es así. Nunca tuve miedo de enfrentarme a ellos pues no me guiaba por sus nombres. Salía a batear sin importar el que estuviera lanzando. Garlobo y yo siempre estábamos conversando, y yo le decía: “Ya que nos trajeron aquí hay que batear como mismo lo hacemos en Cuba. Tirarle a la bola a darle y correr, que eso es lo que sabemos hacer. Lo otro es la suerte si coge para los lados” >>.

Otro momento importante en tu carrera fue el Campeonato Mundial de 2009. ¿Cómo recuerdas ese evento?

<<Fue un mundial muy agotador porque se realizó en tres países. Había que recorrer diariamente largas distancias. En la final frente a los americanos di un jonrón por el left field con dos en bases y empaté el juego. Después perdimos, pero son momentos que no olvido y siempre llevo en el corazón>>.

Siempre has afirmado que si tienes que escoger un momento en Cuba te quedas con el título de Villa Clara en 2013, ¿por qué?

<<Todos los títulos son bonitos, pero me quedo con el de Villa Clara porque fue el primero. Llevábamos 18 años sin obtener un título. Nunca había ganado el primero, no lo había sentido. El primer lugar es lo que todo el mundo quiere y, por eso, lo disfruté tanto>>.

Ciego de Ávila te acogió como un avileño más durante tus últimas temporadas. ¿Qué recuerdas de las dos coronas con los Tigres?

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Ariel Borrero fungió como refuerzo de Ciego de Avila. FOTO: Ricardo López Hevia

<<El recuerdo más lindo que tengo de Ciego de Ávila, además de ser campeón dos veces, fue el gesto que tuvo al concedernos la distinción de Hijos Adoptivos a los cinco refuerzos. Tengo ese cuadro en la sala y lo exhibo con mucho orgullo. Ese gesto nunca lo voy a olvidar>>.

Varias personas criticaban tu defensa. Sin embargo, en 21 temporadas tuviste muy buenos números en ese aspecto del juego. ¿Cómo te preparabas para la defensa?

<<Muchos me criticaban la defensa. No me preparaba tanto para la defensa como para el bateo. Cogía pocos rollings porque lo mío era batear. Sin embargo, fildeé para 992 y todo el mundo decía que era malo. Busca a los inicialistas y mira cuantos fildearon para esa cifra o más>>.

Tienes varios liderazgos de por vida en playoffs. ¿A qué le atribuyes esos buenos resultados en postemporadas?

<<Esos son los mejores momentos, los momentos cerrados en el béisbol. Cada vez que venía con gente en base en esos partidos ponía más interés. Me emocionaba batear en los play­offs y los números registrados hablan por sí solos>>.

¿Qué le depara el futuro a Ariel Borrero dentro del mundo del béisbol?

<<Estoy enseñando en la Academia de Béisbol todo lo que aprendí. Les digo a los muchachos que mantenga la disciplina, que eso les dará los frutos en el béisbol, y que no pierdan la fe, que en la pelota hay sus injusticias, pero hay momentos que no se pueden desaprovechar. Yo los aproveché lo más que pude>>.

 

Imágenes cortesía de R.L.Hevia y R.L.H