Hay oportunidades en la vida que no se pueden dejar pasar. Una de esas me llegó en mis andares recientes por la ciudad de Los Ángeles, cuando me volví a encontrar a Yunel Escobar, esta vez, disponible para una charla que sería rápida. Acorralarlo para una entrevista es tarea bastante difícil, porque como él mismo me confesó: <<¡No soy fácil!>>.

Ya en varias ocasiones me lo había advertido el personal encargado de atender a la «media» en su actual cuartel general situado en el Angel Stadium of Anaheim: <<He doesn’t like interviews>>. La primera vez que me encontré a Yunel fuera de Cuba sucedió en el 2013, justamente minutos antes de un raro juego 163 para definir el pase a play-off del Tampa Bay Rays —su equipo— frente a los Rangers, en Dallas, Texas. Me lo topé en el clubhouse visitante del Parque de Arlington y no me pude contener soltándole: <<¡Coño, Gambao!>>.

Entonces, el salto inmediato y la vuelta de cabeza mostraron su disposición de escucharme, todo con una sonrisa de oreja a oreja y el consabido comienzo del ¿qué tú haces aquí? En ese momento, destiló a torrentes una cubanía habanera que nunca olvidaré.

Aquella vez, volverlo a ver fue uno de los grandes premios durante mi primera visita a Estados Unidos. Yunel ha completado ahora su décima temporada en la Major League Baseball (MLB), lo cual le da ya a sus 34 años —aparte de los oficiales e importantes beneficios para su aún distante retiro— el calificativo señorial de «veterano» que no aparentan sus músculos y facciones.

Así, el Gambao cerró su cuarta campaña bateando sobre .300 y la primera en la American League para ese promedio, algo retador tras un nuevo cambio de circuito, luego de hacerlo para imponentes .314 en la anterior temporada con los Washington Nationals. Sus .304 de average —esta vez todo el tiempo como leadoff de los Angelitos— lo han ratificado como uno de los peloteros más excepcionales de la Isla, pero al que paradójicamente no se menciona mucho o, al menos, no tanto como se debería.

Sin más, aquí les va a hablar bien directo y sin dar muchos rodeos Yunel Escobar Almenares, el Gambao de Cuba. ¿Cómo has logrado mantener esa consistencia ofensiva durante toda tu carrera? <<Yo comienzo a trabajar desde diciembre, en temporada muerta. Para mí ya es algo natural levantarme temprano todos los días, salvo los domingos porque descanso.

Me considero un muchacho bien serio con mi trabajo, día a día me esfuerzo más para mejorar y creo que he obtenido buenos resultados. Me siento muy satisfecho con mi rendimiento, sobre todo en estas dos últimas temporadas>>.

Durante tu trayectoria has jugado en la Liga Nacional y la Liga Americana. Para ti, ¿en qué aspectos se diferencian y cuál prefieres? <<En primer lugar, son totalmente diferentes. En lo personal, me siento más cómodo en la Liga Nacional porque los lanzadores tienen que ir al bate y eso los cansa un poco más. Es otra manera de ver el béisbol. Me gusta mucho el juego táctico que se desarrolla sobre todo a partir de la quinta entrada, cuando normalmente el abridor sale del montículo y se empiezan a usar bateadores emergentes y relevistas.

En la Liga Americana casi siempre los nueve bateadores no cambian durante el partido, los lanzadores tienen más oportunidad de descansar y enfocarse en su trabajo>>. ¿Tienes algún jugador favorito? ¿Alguien a quién hayas querido imitar? <<Para serte sincero, mi jugador favorito es mi mamá. Ella vive mi carrera jugada a jugada, nunca se pierde un partido sin importarle la diferencia de hora, puesto que ella reside en Miami y yo en Los Ángeles.

Siempre está pendiente pasándome mensajes tanto cuando conecto un hit o cometo un error. Sin dudas, es mi principal paradigma y fuente de inspiración. Por otra parte, en estos años he jugado con muchos peloteros buenos, pero no me gusta ver las cosas desde el punto de vista de la imitación, en verdad, yo no imito, a mí me imitan>>.

Yunel Escobar
Escobar milita actualmente en lo Angelinos de Anaheim. FOTO: halohangout.com

Para finalizar ¿te gustaría enviarle algún mensaje a la afición cubana, sobre todo de los industrialistas? <<Primero que todo yo nunca he perdido mi esencia. Yo soy de Marianao, La Habana, y mi bandera es Cuba hoy, mañana y siempre. En estos momentos, estoy representando el béisbol de mi país en los Estados Unidos. Y a mis industrialistas les digo: azul es el color del cielo, azul es el color del mar, azul es el color que prefieren muchos y no solo en la capital>>.

Imágenes cortesía de STAFF PHOTOGRAPHER y Rick Scuteri-USA TODAY Sports